Los hospitales concertados de Asturias recurren a créditos bancarios para pagar las nóminas de diciembre
Los afectados critican el silencio del Servicio de Salud y dicen que «es la primera vez que tenemos que salir a pedir dinero fuera»
Los hospitales concertados que trabajan para el Servicio de Salud del Principado (Sespa) han tenido que salir a buscar financiación fuera para poder abonar las nóminas de diciembre. La decisión del Sespa de retrasar los pagos hasta el próximo mes de febrero ha llevado a muchos de estos centros a recurrir a créditos bancarios. «Hemos tenido que buscarnos la vida», afirma uno de los afectados, que se queja del silencio de la administración sanitaria que, tras comunicar que tenía problemas de financiación para cerrar el año, «no se ha vuelto a poner en contacto con nosotros».
Tal y como adelantara EL COMERCIO el pasado 26 de noviembre, el Sespa, a través de su director general de Recursos Financieros del Sespa, Manuel Cores, comunicó a los gerentes y responsables de los hospitales y centros concertados la existencia de dificultades financieras en la Consejería de Salud. Tanto, que les advirtió de que postergaría la factura de diciembre a febrero de 2009.
El retraso en los pagos no es un asunto baladí, ya que «hablamos de nóminas y de las pagas extra de diciembre», explicaba otro de los responsables con los que se puso en contacto este periódico, quien calificó la situación de «impresentable».
Situación grave.
Además, las nóminas de 2008 llevan un gravamen adicional para las arcas de los concertados, al haber autorizado el Sespa a principios de año que los sueldos subieran un 4,3%, a la par del IPC.
Aunque desde el Sespa se quiera dar una sensación de normalidad, asegurando que el retraso en los pagos a la red de concertados no era algo nuevo, los afectados insisten en que «es la primera vez que tenemos que salir a pedir dinero fuera». Entre los afectados se encuentran los hospitales gijoneses de Jove y Cruz Roja, el Sanatorio Adaro de Sama, el Monte Naranco de Oviedo, el Hospital de Avilés y el de Arriondas (que aglutinan 1.300 trabajadores y 700 camas). A todos ellos el responsable económico del Sespa les informó que los pagos que sustentan buena parte del funcionamiento de estos equipamientos se retrasarán hasta febrero.
En dichas conversaciones, Manuel Cores llegó a asegurar que la consejería estaba buscando «fórmulas alternativas» de financiación para evitar situaciones complicadas, pero los hospitales concertados no saben nada de todo esto. «Nadie se ha puesto en contacto con nosotros y ya estamos a mediados de diciembre».
Esto ha hecho que muchos hospitales, centros y clínicas con las que el Sespa tiene concertados servicios de atención sanitaria hayan tenido que buscar financiación extraordinaria. La mayoría ha optado por créditos bancarios.
La excepción está en el Hospital de Cruz Roja, de Gijón. Sus responsables confirmaron que el centro recurrirá al fondo de cohesión que la entidad tiene en Madrid. «Se trata de un fondo habilitado para afrontar situaciones extraordinarias y ésta es una de ellas», explicaron las fuentes consultadas. Con todo, la mayoría confía en recuperar la normalidad a principios de 2009 y que esta situación «no se vuelva a repetir».
103 millones de euros
La partida que el Sespa destina a los centros concertados ronda los 103 millones de euros al año. De esos 103 millones, 27 son para pagar pruebas y tratamientos en clínicas privadas y los restantes 76 corresponden a los hospitales concertados propiamente dichos, que dependen casi al cien por cien de la financiación del Sespa.
La red concertada tiene cada vez mayor peso en la sanidad pública asturiana. A lo largo de 2007, el Sespa resolvió 21.548 procesos sanitarios en centros privados. Del total de esas derivaciones, 10.674 fueron para el Hospital de Cruz Roja, de Gijón; 3.133 a la Clínica Asturias, en Oviedo; 4.815 al Hospital de Avilés y 306 al Centro Médico de Oviedo. El Hospital de Cabueñes, en Gijón, fue uno de los principales «derivadores». De hecho, la mayor parte de las intervenciones que se practican en Cruz Roja provienen, precisamente, de su homólogo público.
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