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Hubo persecución sindical en Arriondas sobre Lola Colunga

La juez anula la sanción a la presidenta del comité de empresa del Hospital de Arriondas

 La magistrada afea en la sentencia al equipo directivo del centro su «intención de represaliar» a Lola Colunga

 La gerente del Grande Covián, María Dolores Menéndez Prieto, pone su cargo a disposición del patronato

Arriondas, R. DÍAZ / B. MORÁN

No habrá sanción para Lola Colunga. El Juzgado de lo social número 1 de Oviedo ha anulado la sanción de un mes de suspensión de empleo y sueldo, impuesta hace unas semanas por el equipo directivo del Hospital del Oriente a la presidenta del comité de empresa. La juez María del Pilar Muiña Valledor ha dado la razón, punto por punto, a Lola Colunga, y ha reprochado a los dirigentes del hospital su «intención de represaliar» a la presidenta del comité de empresa por el ejercicio de su actividad sindical. La sentencia es firme, pues no cabe recurso alguno. Lola Colunga y el resto del comité de empresa manifestaron ayer su satisfacción por el «maravilloso» fallo. Al otro lado, la gerente del hospital, María Dolores Menéndez Prieto, aseguró que acata la sentencia, aunque no la comparte; asumió «toda la responsabilidad, y puso su cargo a disposición del presidente del patronato que rige el centro, Ramón Riera.

La sentencia, que ocupa diecisiete folios, es contundente. Lola Colunga fue «veraz, aunque no exacta», cuando, el pasado 5 de febrero, en declaraciones a la Cadena Cope, aseguró que el hospital se había quedado sin morfina durante el fin de semana anterior. La juez concluyó que la presidenta del comité de empresa, al realizar esas declaraciones, ejercía sus derechos a la actividad sindical y a la libertad de información. Además, la frase por la que fue sancionada fue «un ejemplo», que no provocó «perjuicio alguno al hospital», pues «no tuvo repercusión pública». Fue «un simple comentario, a modo de ejemplo, de las carencias del hospital».

La juez, que señaló el derecho de la población a conocer la situación real del hospital, tuvo en cuenta que las manifestaciones de Lola Colunga fueron realizadas en el contexto de la «lucha por la integración» del hospital en el Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA) y en un momento de intensa «conflictividad sindical» y de enfrentamiento con la gerente del centro. La magistrado afeó a la gerencia su «intención de represaliar a la trabajadora por el ejercicio de su actividad sindical» y el hecho de que decidiera la sanción «tras la convocatoria de movilizaciones» por parte del comité de empresa. «La única finalidad de la sanción fue perjudicar» a Lola Colunga «por el ejercicio de su derecho constitucional a la libertad sindical», señala la juez, quien también subraya que el marido de la presidenta del comité de empresa fue cesado como jefe de cirugía hace unos meses.

«He sufrido mucho durante estos dos meses porque a raíz de mi injusta sanción se han vertido acusaciones duras contra mí y contra los trabajadores. Fue una campaña de acoso y derribo en toda regla. Este comité nunca ha hecho otra cosa que velar por los derechos de los trabajadores y trabajar a golpe de denuncias, porque las carencias de este hospital fuesen atendidas. En muchas ocasiones lo logramos», subrayó Colunga, arropada por sus compañeros del comité de empresa y por buena parte de los trabajadores del centro. Según los representantes sindicales, el patronato de la fundación pública del Grande Covián y el Principado no pueden pasar por alto el fallo. «Alguien debe asumir la responsabilidad de haber violado un derecho fundamental. El patronato debe pronunciarse al respecto, porque si no entenderemos que ha consentido esta situación», defendió Colunga. Los portavoces de los sindicatos del hospital se reunirán en las próximas horas para estudiar la posibilidad de presentar una denuncia por persecución laboral. El comité de empresa aseguró que la dinámica del equipo directivo del Grande Covián es «buscar culpables en lugar de soluciones».

Según los sindicalistas, debe producirse en las próximas horas el «ejercicio responsable» de «cesar al equipo directivo del Grande Covián». Colunga destacó que el fallo la ha hecho «más fuerte» y le ha dejado ver que la lucha por un hospital público para el Oriente es la bandera por la que no piensa dejar de trabajar, codo con codo, junto a sus compañeros.

La gerente del hospital, por su lado, aseguró que acata, aunque no comparte la sentencia. Ayer mismo puso su cargo a disposición del patronato del centro, «igual que estaba desde el día que llegué». Asumió «toda la responsabilidad», porque la decisión de sancionar a Lola Colunga «se tomó en el centro, al considerar que sus manifestaciones había dañado al centro y había provocado alarma social.

«Me he podido equivocar, pero he hecho en conciencia lo que creí que debía hacer en beneficio del hospital. Probablemente volvería a hacer lo mismo», añadió Menéndez. La gerente manifestó su «sorpresa» por el fallo, que crea «un estado de excepción» en el hospital, dado que deja la puerta abierta a que el comité de empresa «diga lo que le dé la gana, aunque sean medias verdades».

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