Sobre la huelga en la sanidad de CC OO
29.02.2008 - Diario EL COMERCIO.
PACO OTERO CIMA
SECRETARIO GENERAL DE LA SECCIÓN SINDICAL DE CC OO DE ATENCIÓN PRIMARIA Y MIEMBRO DE LA EJECUTIVA DE SANIDAD EN ASTURIAS
LOS trabajadores del Sespa están llamado por Comisiones Obreras a la huelga los próximos días 3 al 7 de marzo. Todos coincidimos en afirmar que «otra vez pagaremos los usuarios», y no nos equivocaremos, pues los desmanes de la Administración (nadie va a la huelga si no es por una razón de peso) los paga siempre el administrado, es decir, el ciudadano. En este caso, llevamos casi un año negociando, de buena fe, con la Administración en un tema de capital importancia para la sostenibilidad de ese sistema sanitario del que tan orgullosos nos sentimos: el empleo. Y las causas de esta ruptura, que ha implicado la puesta en marcha de acciones de protesta, radican todas en lo mismo: la prepotencia, chulería, falta de talante, mala educación, dejación de responsabilidades y abandono de quienes rigen los designios de la sanidad asturiana.
Lo que se pide es algo sencillo: acabar con la temporalidad en la administración sanitaria, crear nuevos puestos de trabajo que refuercen los centros sanitarios, procesos de traslado para compañeros y compañeras que se vieron desplazados en el proceso anterior de empleo a otras comunidades y una profunda revisión del modelo asistencial de Atención Primaria. Es decir, se pide calidad en claro beneficio para la asistencia y, por ello, para el usuario del sistema de salud, mientras que la Administración se escuda en «presupuestos» y «créditos extraordinarios» fallidos. ¿La asistencia sanitaria puede estar condicionada por pleitos políticos? No, por supuesto que no. El caso es que junto a la carencia de dinero, porque no lo quieren dotar, no por otra razón, se encuentran otras causas no menos importantes. La Administración es prepotente, arrogante y falsa. A lo largo de todo este periodo, nos hemos encontrado con todas las tomaduras de pelo posibles: van a las reuniones sin documentos para negociar, nos convocan y suspenden la reunión el día anterior para fijar otra a un mes vista dilatando la toma de decisiones, pactan con nosotros una cosa y luego publican por resolución otra diferente... Es más, son capaces, como ya han hecho, de convocarnos a una reunión para 'negociar' un tema ¿que ya han enviado para su publicación en el BOPA!
Quiero pedirles disculpas por esta decisión, pero no nos han dejado otro remedio. Tenemos derecho a negociar con gente responsable, cabal, ordenada y coherente, pero en su lugar nos encontramos con simples 'trileros', incapaces de hacer nada ante un problema grave: la sanidad asturiana necesita profundos cambios para evitar un conflicto permanente como hoy viven muchos frentes (médicos, servicios de Urgencias, Hospital de Arriondas, falta de plantilla en Cabueñes, obras disparadas y un presupuesto sanitario regional que se come el HUCA, centros concertados, y lo que va llegando).
Entre los detalles que caracterizan el porqué de todos esos problemas, y tan reiterados, es curioso el que, a día de hoy, el nuevo consejero de Sanidad no se haya sentado con los sindicatos a conversar y busque aliados en aquellos que apoyamos una sanidad publica sostenible y de calidad, es decir, con los que tenemos un compromiso con ella y podemos tenerlo con él. Lejos de ello, ha optado por plegarse al poder de «algunos grupos corporativos de presión».
La huelga sanitaria, que no les engañen, pide más plantilla, más estabilidad para la que hay, dice 'no' a las privatizaciones, pide que los que están trasladados fuera puedan volver, que se compense en algunos complementos retributivos la pérdida de poder adquisitivo, sobre todo a las categorías más bajas y, además, un trato digno a los trabajadores y a sus representantes.
Sobre las asociaciones de Consumidores o de Usuarios, antes de que salgan en contra de los trabajadores, como hacen siempre que hay un conflicto sanitario, recordarles que como defensores de ese servicio sanitario tienen la obligación todo el año de exigir más plantilla en los centros sanitarios, un servicio adecuado y un plan de sostenibilidad de esos medios. Parece que renuncian a ello y optan por el camino mas fácil, coartar el derecho constitucional a la huelga de los empleados públicos. A ver qué sucede en esta ocasión.
Finalmente, trasladarles a todos ustedes que los trabajadores sanitarios garantizamos su derecho a la asistencia sanitaria y por eso están dotados servicios mínimos que atenderán demandas urgentes que no puedan demorarse, por lo cual deben estar tranquilos. No queremos que la ignorancia de nuestros gestores agrave sus problemas de salud. Gracias por su comprensión.
Lo que se pide es algo sencillo: acabar con la temporalidad en la administración sanitaria, crear nuevos puestos de trabajo que refuercen los centros sanitarios, procesos de traslado para compañeros y compañeras que se vieron desplazados en el proceso anterior de empleo a otras comunidades y una profunda revisión del modelo asistencial de Atención Primaria. Es decir, se pide calidad en claro beneficio para la asistencia y, por ello, para el usuario del sistema de salud, mientras que la Administración se escuda en «presupuestos» y «créditos extraordinarios» fallidos. ¿La asistencia sanitaria puede estar condicionada por pleitos políticos? No, por supuesto que no. El caso es que junto a la carencia de dinero, porque no lo quieren dotar, no por otra razón, se encuentran otras causas no menos importantes. La Administración es prepotente, arrogante y falsa. A lo largo de todo este periodo, nos hemos encontrado con todas las tomaduras de pelo posibles: van a las reuniones sin documentos para negociar, nos convocan y suspenden la reunión el día anterior para fijar otra a un mes vista dilatando la toma de decisiones, pactan con nosotros una cosa y luego publican por resolución otra diferente... Es más, son capaces, como ya han hecho, de convocarnos a una reunión para 'negociar' un tema ¿que ya han enviado para su publicación en el BOPA!
Quiero pedirles disculpas por esta decisión, pero no nos han dejado otro remedio. Tenemos derecho a negociar con gente responsable, cabal, ordenada y coherente, pero en su lugar nos encontramos con simples 'trileros', incapaces de hacer nada ante un problema grave: la sanidad asturiana necesita profundos cambios para evitar un conflicto permanente como hoy viven muchos frentes (médicos, servicios de Urgencias, Hospital de Arriondas, falta de plantilla en Cabueñes, obras disparadas y un presupuesto sanitario regional que se come el HUCA, centros concertados, y lo que va llegando).
Entre los detalles que caracterizan el porqué de todos esos problemas, y tan reiterados, es curioso el que, a día de hoy, el nuevo consejero de Sanidad no se haya sentado con los sindicatos a conversar y busque aliados en aquellos que apoyamos una sanidad publica sostenible y de calidad, es decir, con los que tenemos un compromiso con ella y podemos tenerlo con él. Lejos de ello, ha optado por plegarse al poder de «algunos grupos corporativos de presión».
La huelga sanitaria, que no les engañen, pide más plantilla, más estabilidad para la que hay, dice 'no' a las privatizaciones, pide que los que están trasladados fuera puedan volver, que se compense en algunos complementos retributivos la pérdida de poder adquisitivo, sobre todo a las categorías más bajas y, además, un trato digno a los trabajadores y a sus representantes.
Sobre las asociaciones de Consumidores o de Usuarios, antes de que salgan en contra de los trabajadores, como hacen siempre que hay un conflicto sanitario, recordarles que como defensores de ese servicio sanitario tienen la obligación todo el año de exigir más plantilla en los centros sanitarios, un servicio adecuado y un plan de sostenibilidad de esos medios. Parece que renuncian a ello y optan por el camino mas fácil, coartar el derecho constitucional a la huelga de los empleados públicos. A ver qué sucede en esta ocasión.
Finalmente, trasladarles a todos ustedes que los trabajadores sanitarios garantizamos su derecho a la asistencia sanitaria y por eso están dotados servicios mínimos que atenderán demandas urgentes que no puedan demorarse, por lo cual deben estar tranquilos. No queremos que la ignorancia de nuestros gestores agrave sus problemas de salud. Gracias por su comprensión.
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