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Los eventuales acusan al Sespa de aplicar condiciones laborales «ilegales e indignas»

Los eventuales acusan al Sespa de aplicar condiciones laborales «ilegales e indignas»

DIARIO EL COMERCIO (01/03/2008) 

Lejos de aplacarse, la polémica con los médicos eventuales no hace más que crecer. Si el jueves el consejero de Salud, Ramón Quirós, calificaba de «mercantilista» la exigencia del colectivo de cobrar un plus para ir a trabajar a la periferia (donde hay falta de personal), ayer los facultativos interinos contraatacaron acusando al Servicio de Salud (Sespa) de aplicar condiciones laborales «ilegales e indignas».

En un comunicado remitido a EL COMERCIO, los eventuales adscritos a la zona central (unos 150 profesionales) revelaron las condiciones de trabajo a las que están sometidos por la Administración sanitaria. Aseguran que muchos interinos realizan jornadas de entre 250 y 300 horas mensuales, cuando lo habitual en el resto de los facultativos de centros de salud está en torno a las 150 horas al mes. «Los excesos de jornada están por encima de los máximos legales», advierten. A esto se suma el hecho de que «no tenemos días de descanso ni vacaciones».

Los contratos temporales, ahondan, «son de días, sin planificación alguna y con la incertidumbre de no saber si a la jornada siguiente vas a estar contratado». Las dietas y desplazamientos, incluso los que se realizan en la propia zona central, «no son facilitados ni abonados por la empresa. En caso de baja laboral, vamos directos al INEM», resumen.

Pero no es todo. Los facultativos, que se han negado a cubrir las sustituciones en Cangas del Narcea, Jarrio y Arriondas al no llegar a un acuerdo con el Sespa, alertan de que los más perjudicados de esta situación «son los pacientes, ya que son atendidos por personal médico que en ocasiones lleva hasta 72 horas trabajando sin descanso y en condiciones indignas, con el consiguiente riesgo de cometer errores en la asistencia sanitaria».

La situación no es nueva. «Lleva sucediendo desde hace años y el Sespa», afirman, «no adoptó ninguna medida para remediarlo». Creen que el aumento de la demanda asistencial y de las cargas de trabajo «no han ido acompañadas con un incremento de plantilla, sino al contrario». Los interinos estiman que la Consejería de Salud «permitió el éxodo de médicos a otras comunidades, sobrecargando a los que permanecieron en la región».

En la nota, que no escatima en calificativos y detalles sobre la precariedad laboral del colectivo, los eventuales consideran que el problema de falta de personal que hay en las alas de la región «ha sido causada por la fuga de profesionales, hartos de soportar unas condiciones de trabajo insostenibles».

«Deseamos trabajar»

Los interinos puntualizan también al consejero de Salud y a la última oferta laboral puesta por el Sespa encima de la mesa. Primeramente, aclaran que el plus de mil euros «fue una propuesta de la consejería durante las últimas negociaciones», la cual «fue posteriormente retirada sin explicaciones». Sobre el contrato de medio año ofertado por el Sespa, a cambio de que los médicos eventuales trabajaran un mes en las alas, los afectados indican que «no respetan los derechos básicos de los trabajadores, ya que no figura ni el horario, ni el lugar de trabajo, ni la compensación por los excesos de jornada ni tampoco el derecho al descanso tras 24 horas de guardia seguidas de trabajo».

Los facultativos interinos recalcan en su comunicado que «deseamos trabajar. En ningún momento nos hemos negado a realizar nuestra labor a pesar de las nefastas condiciones. Somos un colectivo que trabajamos todo el año, no solamente para cubrir las vacaciones o permisos de los titulares», aclaran.

Tras la última polémica con el Sespa aseguran sentirse «como el comodín del sistema sanitario». Denuncian, a su vez, que hay médicos que llevan trabajando como eventuales más de veinte años. Para concluir, piden al Sespa «condiciones dignas para atender a los pacientes».

Lejos de aplacarse, la polémica con los médicos eventuales no hace más que crecer. Si el jueves el consejero de Salud, Ramón Quirós, calificaba de «mercantilista» la exigencia del colectivo de cobrar un plus para ir a trabajar a la periferia (donde hay falta de personal), ayer los facultativos interinos contraatacaron acusando al Servicio de Salud (Sespa) de aplicar condiciones laborales «ilegales e indignas».

En un comunicado remitido a EL COMERCIO, los eventuales adscritos a la zona central (unos 150 profesionales) revelaron las condiciones de trabajo a las que están sometidos por la Administración sanitaria. Aseguran que muchos interinos realizan jornadas de entre 250 y 300 horas mensuales, cuando lo habitual en el resto de los facultativos de centros de salud está en torno a las 150 horas al mes. «Los excesos de jornada están por encima de los máximos legales», advierten. A esto se suma el hecho de que «no tenemos días de descanso ni vacaciones».

Los contratos temporales, ahondan, «son de días, sin planificación alguna y con la incertidumbre de no saber si a la jornada siguiente vas a estar contratado». Las dietas y desplazamientos, incluso los que se realizan en la propia zona central, «no son facilitados ni abonados por la empresa. En caso de baja laboral, vamos directos al INEM», resumen.

Pero no es todo. Los facultativos, que se han negado a cubrir las sustituciones en Cangas del Narcea, Jarrio y Arriondas al no llegar a un acuerdo con el Sespa, alertan de que los más perjudicados de esta situación «son los pacientes, ya que son atendidos por personal médico que en ocasiones lleva hasta 72 horas trabajando sin descanso y en condiciones indignas, con el consiguiente riesgo de cometer errores en la asistencia sanitaria».

La situación no es nueva. «Lleva sucediendo desde hace años y el Sespa», afirman, «no adoptó ninguna medida para remediarlo». Creen que el aumento de la demanda asistencial y de las cargas de trabajo «no han ido acompañadas con un incremento de plantilla, sino al contrario». Los interinos estiman que la Consejería de Salud «permitió el éxodo de médicos a otras comunidades, sobrecargando a los que permanecieron en la región».

En la nota, que no escatima en calificativos y detalles sobre la precariedad laboral del colectivo, los eventuales consideran que el problema de falta de personal que hay en las alas de la región «ha sido causada por la fuga de profesionales, hartos de soportar unas condiciones de trabajo insostenibles».

«Deseamos trabajar»

Los interinos puntualizan también al consejero de Salud y a la última oferta laboral puesta por el Sespa encima de la mesa. Primeramente, aclaran que el plus de mil euros «fue una propuesta de la consejería durante las últimas negociaciones», la cual «fue posteriormente retirada sin explicaciones». Sobre el contrato de medio año ofertado por el Sespa, a cambio de que los médicos eventuales trabajaran un mes en las alas, los afectados indican que «no respetan los derechos básicos de los trabajadores, ya que no figura ni el horario, ni el lugar de trabajo, ni la compensación por los excesos de jornada ni tampoco el derecho al descanso tras 24 horas de guardia seguidas de trabajo».

Los facultativos interinos recalcan en su comunicado que «deseamos trabajar. En ningún momento nos hemos negado a realizar nuestra labor a pesar de las nefastas condiciones. Somos un colectivo que trabajamos todo el año, no solamente para cubrir las vacaciones o permisos de los titulares», aclaran.

Tras la última polémica con el Sespa aseguran sentirse «como el comodín del sistema sanitario». Denuncian, a su vez, que hay médicos que llevan trabajando como eventuales más de veinte años. Para concluir, piden al Sespa «condiciones dignas para atender a los pacientes».

Solo añadir al artículo del diario EL COMERCIO, que esto viene de lejos, que el maltrato es cierto y continuado, que es una autentica verguenza. Sin demagogias, os invitamos a uniros y salir a la calle, desde Comisiones Obreras contais con toda nuestra solidaridad y apoyo. Esta sanidad está tocando fondo, esto no es mejorar sino empeorar con un desprecio constante a la inteligencia de los trabajadores que se han convertido en herramientas cuando no se puede olvidar nadie que somos personas.

 

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